viernes, 5 de marzo de 2010

El Poder del Perro

EL PODER DEL PERRO
de Don Winslow

Supongamos que abrir una novela es establecer un pacto con su autor en virtud del cual aceptamos someternos al engaño de su ficción. A partir de dicha suposición, nos podemos encontrar con mentiras elegantes, hábilmente introducidas para formar la trama de una historia, o con guarreo trapero a traición, como es el caso de "El Poder del Perro", en la que Don Winslow da rienda suelta a un arsenal de recursos para enganar al lector como a un chino: para timarle, estafarle y reirse en su cara. Y al final, claro, el lector (al menos en mi caso) encantado de tanta acción trepidante y golpe de efecto.

Los requiebros de la trama que plantea "El Poder del Perro" orbitan en torno a Art Keller, un agente de la DEA destacado en México al que -desde los 70 hasta prácticamente nuestros días- le toca lidiar con las guerras sucias y secretas que los EE.UU. promovieron en sudamérica (contras e influencias políticas mediante), las cuales descubrirá al tiempo que persigue a los patrones del tráfico de drogas a escala comercial a través de la frontera. Un chico de barrio -inmigrante irlandés- metido a matón por las circunstancias, una prostituta de lujo muy bien relacionada y enamoradiza, y un sacerdote próximo a la teología de la liberación completan el plantel de personajes principales, que se enriquece con decenas de secundarios para tejer un vertiginoso entramado de traiciones y venganzas.

Engancha como el crack, y aunque -como decía la principio- en ocasiones las tretas a las que recurre el autor para pisar el acelerador de la trama resultan algo deshonestas, todo se le perdona con tal de poder pasar la página y seguir leyendo.

3 comentarios:

  1. No me lo creo...me lo compré justo ayer...

    Estoy deseando acabar con el que estoy para ponerme con el.

    ResponderEliminar
  2. Pues ya verás, ya... va directo al pulmón!

    ResponderEliminar