UNA NOVELITA LUMPEN
de Roberto Bolaño
Dado el carácter finito de la producción literaria de cualquier autor difunto, resulta sabio dosificar el consumo de dicha producción. Me explico: apurado el catálogo post-mortem de ediciones de material nuevo de la obra de Bolaño, de forma consciente he mantenido en la reserva las reediciones de "Una Novelita Lumpen" y "La Pista de Hielo", que durante mucho tiempo han permanecido bajo un cristal que exigía "Abrir en caso de emergencia", para prolongar el vínculo con un escritor que me ha proporcionado tantas horas de disfrute lector. Ahora que se añade "El Tercer Reich" a la ecuación, me he dado el gusto de descorchar "Una Novelita Lumpen".
Como era previsible, he disfrutado hasta la última página. No es el mejor Bolaño, es breve, engañosamente sencillo, y carece de conexiones con el universo metaliterario de Belano & Lima, pero sin duda resulta otra muestra clara de la maestría de su autor. Tiene mucho de caída, de inmersión en las tinieblas, de desesperación sedada ante lo inevitable. Y todo ello descansa sobre las espaldas de apenas cinco personajes: cada uno ciego a su manera, aunque uno de ellos podrá recuperar la visión tras vagar a tientas por la oscuridad.
No sé si habrá más inéditos ocultos que se puedan seguir añadiendo a la ecuación de los lectores de Bolaño. Entre tanto, tendré que aferrarme al placer retrospectivo de una buena melopea con un buen vino, y reservar las dos botellas que me quedan para una buena ocasión (o para una emergencia).
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