jueves, 8 de abril de 2010

La Pista de Hielo

LA PISTA DE HIELO
de Roberto Bolaño

Sigo con mi cuenta atrás -con cuentagotas- para apurar la obra de Bolaño, y una vez tachada "La Pista de Hielo" de la lista, editada de nuevo por obra y gracia de Anagrama, ya sólo me queda la póstuma "El Tercer Reich", salvo futuras sorpresas, extorsiones a Jorge Herralde mediante.

Aunque se trata de una obra temprana, en ella se puede apreciar al mejor Bolaño (más Bolaño que en "Una Novelita Lumpen"), e incluso algunos elementos biográficos concretos -el mundo paralelo del camping y la experiencia del inmigrante- o más de género -la perversiónde lo policiaco y la, hoy manida, metaliteratura- que tienen una importancia capital en su corpus fundamental. Tres voces distintas narran otras tantas historias de encuentros y desencuentros en un pueblo de la costa catalana que convergen hacia un final trágico, raro y tan absurdo como la vida, en una progresión absolutamente bolañiana (término cuya utilización debería regularizarse).

Al final me dejó un regusto amargo por el hecho de que significa que me queda una obra menos de Bolaño por leer.

Nuestro GG en La Habana

NUESTRO GG EN LA HABANA
de Pedro Juan Gutiérrez

A pesar de su escasa producción, considero a Pedro Juan Gutiérrez un valor seguro cuando estoy necesitado de material de lectura de forma inminente y, por circunstancias de la vida, lo único que tengo a mano es una librería cuya sofisticación literaria se agota en el clásico expositor con Compactos de Anagrama.

No me había decidido aún por "Nuestro GG en La Habana" porque tenía la impresión de que con esta novela intentó quitarse la etiqueta (injusta, como todas, pero bastante acertada) de simple Bukowski tropical: etiqueta que, además, no es moco de pavo, porque Bukowski, acompañado de cualquier patronímico (ej: Bukowski andaluz, Bukowski tibetano, etc.) forma un binomio que como poco promete carcajadas y profundas reflexiones sobre los efectos del sexo y el alcohol, juntos o por separado.

En esta ocasión, es cierto, el autor deja de lado -no muy lejos, eso sí- su habitual combinación de ron, puros y mulatas, ese coctel que hace imprescindible su "Trilogía Sucia de La Habana", y pone en marcha una trama de espías con Graham Greene, turista accidental y forzoso, en el corazón de las delirantes tensiones entre la CIA, la KGB y diversos elementos mafiosos al servicio del capital. Es decir, un valor seguro.

Descansa en Paz

DESCANSA EN PAZ
de John Ajvide Lindqvist

Tuve la fortuna de leer "Déjame Entrar" antes de ver la película homónima, y la novela -al contrario que su adaptación- engancha bastante, hasta el punto de que su agilidad contrasta con el lento ladrillazo del film- y no está sometida a la (auto)censura políticamente correcta que mutila la peli. Por ello, y porque -no nos engañemos- el tema zombie me atrae, decidí echarle un tiento a "Descansa en Paz", que parece ser una obra anterior de su autor (cuyo nombre me resulta impronunciable) rescatada para agotar su filón comercial.

No obstante, la trama encuentra sus momentos más brillantes en el planteamiento inicial del regreso de los muertos: las subidas de tensión eléctrica, y el hecho de que los que regresan no presenten la actitud agresiva propia del zombie clásico. Esto ofrece además la posibilidad de recrearse en los complejos dilemas a los que se enfrentan los familiares de los difuntos, según su estado de descomposición o sucesos luctuosos del pasado común. Pero, por otra parte, la historia va perdiendo pegada a medida que avanza, y el final es digno de los peores delirios de Stephen King, cuya influencia se deja sentir bastante en esta novela.

Por tanto, "Descansa en Paz" puede muy bien calificarse de literatura cómoda de leer, que entretiene sin renunciar a unas ciertas dosis de interés y calidad, como ocurría con "Déjame Entrar" aunque resulta bastante claro que la historia del vampiro es -paradojas de la no-vida- mucho más adulta que la de estos zombies.

Snuff

SNUFF
de Chuck Palahniuk

¡Chuck ha recuperado su mojo! Tras el bodrio infumable de "Fantasmas" confieso que le había perdido la pista al autor de "El Club de la Lucha", en favor de otros, que podrían considerarse sus alumnos aventajados, y que -sin embargo- le ganaban en calidad por una cabeza y medio cuerpo (George Saunder, sin ir más lejos).

Dicho lo anterior, no negaré que, a pesar de que en materia literaria soy un tanto rencoroso, y poco amigo de las segundas oportunidades, la brevedad de "Snuff" y su sugerente sinopsis me movieron a darle a Chuck una ocasión para redimirse: tarde o temprano tenía que remontar un tipo que ha sido capaz de marcarse novelas tan buenas como la citada "El Club de la Lucha", o "Superviviente" y "Asfixia" (por cierto, que la peli, con Angelica Huston en el papel de madre activista enloquecida pasó sin pena ni gloria, pero es bastante digna).

"Snuff" nos devielve a un Palahniuk que escarba en la cloaca de la sociedad para sacar lo peor de nosotros mismos. Una actriz porno en el ocaso de su carrera quiere despedirse de los platós saliendo por la puerta grande de un gang bang multitudinario, al que concurren -entre otros muchos participantes- tres desechos humanos que, junto con la coordinadora del asunto, se reparten el peso de la narración, en la que se insertan -nunca mejor dicho- algunos hechos relevantes de la historia del cine (del cine x, mayormente).

La dosis adecuada de sangre, sudor y semen para devolver a Chuck a la primera división.

Historias de Ciencia Ficción

HISTORIAS DE CIENCIA FICCIÓN
de Agustín de Foxá

Sin ánimo de entrar al trapo en la polémica de si Foxá es un escritor injustamente olvidado por motivos políticos -creo, no obstante, que "Madrid, de Corte a Checa" es una gran novela- lo cierto es que esta recopilación tiene el mérito de desempolvar algunos cuentos que, al menos, supongo que serán interesantes en la tradición de sci-fi española.

Tras un generoso estudio introductorio sobre el género en nuestro país -documentado hasta el academicismo- nos encontramos con unos pocos relatos, el texto de una obra de teatro, y varios artículos que condensan la obra de Foxa consagrada a la fantasía científica, y que en mi indocta opinión -no es que el género me apasione- resultan un tanto ingenuos en su desarrollo, aunque sus tramas presentan elementos de interés.

Entre ellos, destaca Hans y los Insectos, en el que las memorias de un extranjero afincado en la España profunda permiten descubrir su peligroso método para comunicarse con hormigas, abejas y otros insectos, así como los hitos históricos y los relatos de sus civilizaciones (y aquí es donde el cuento desbarra un poco). La obra de treatro -sobre un rudo españolito que, al más puro estilo futurama, es criogenizado y despertado en el futuro lejano- es más un juguete satírico que un producto de ciencia ficción. Y, por fin, los artículos resultan interesantes desde una perspectiva histórica, y están muy bien fundados, pero poco más.

No obstante, es muy de agradecer la recuperación -con tanto detalle y documentación- de obras de este tipo, que sin duda presentan una importancia dentro de la heterodoxa ciencia ficción patria.

Providence

PROVIDENCE,
de Juan Francisco Ferré

Una apuesta valiente: tomar a un escritor con millones de fans y convertirlo en un objeto de ficción delirante y, a ojos de sus seguidores ultras, denigrante. El escritor es H.P. Lovecraft, y la apuesta la hace Juan Francisco Ferré en "Providence", finalista del Herralde.

Ya Houellebecq le echó un par y entregó a la imprenta un ensayo en el que cargaba contra las manías y fobias existenciales del padre de Cthulhu, y que levantó ampollas entre los amigos del Necronomicón, aunque al final resultó ser otra gamberrada del ex-enfant terrible de las letras francesas, que dejaba traslucir incluso un cierto cariño por HPL. También hay un cierto cariño hacia él en las páginas de "Providence", aunque Ferré vista a Lovecraft de integrante de una misteriosa secta esotérica con tintes racistas y ramificaciones en muy diversos ámbitos de la realidad (física y virtual) de EEUU. Al mismo tiempo que se enfrenta al descubrimiento y los chanchullos de dicha secta, y de sus rivales, el protagonista, un director de cine independiente español llamado Alex Franco, que acude a Providence para dirigir una película por encargo, se folla todo lo que se le pone a tiro, se atiborra de psicotrópicos, y rinde un divertido tributo a grandes clásicos de la pantalla, siempre entre la alucinación y la conspiranoia, con un pie en la crítica de la sociedad americana y otro en el terrorismo ideológico "just for fun".

Yo, que en su momento -juventud divino tesoro- disfruté de la obra de HPL, he disfrutado también de "Providence", que encierra pasajes que harán estremercerse de gusto a cualquier ultra de HPL con la mente abierta, y, desde luego, a todos aquellos que hace tiempo que no frecuentan la linealidad del terror cósmico y se atreven a adentrarse en los distintos niveles de otro tipo de narraciones. Game Over.