viernes, 1 de octubre de 2010

Un diamante al rojo vivo

UN DIAMANTE AL ROJO VIVO
de Donald Westlake

Por recomendación paterna, vimos hace unos meses la película homónima, con guión del mismo autor de la novela, y Robert Redford demostrando que de joven era todo un Brat Pitt (o más bien al contrario, claro, Neus dixit, en todo caso), y como disfrutamos bastante, este verano metí en la maleta de lecturas playeras la novela en la que se basa la peli.

Como era de esperar, el hecho de tener frescos los quiebros y requiebros de la trama de la película le resta casi toda la intriga a la novela, lo que -en todo caso- se compensa con el asombro que produce la precisión con la que el film retrata a los protagonistas, apenas descritos en su versión impresa. Hay, además, algunos puntos en los que la novela se aparta de la película (un golpe extra y el resultado final, por ejemplo, y hasta aquí puedo leer para no incurrir en spoilers) en los que se disfruta de forma plena de la maestría de Donald Westlake en el difícil arte de retorcer las historias hasta casi el absurdo.

Tan precisa como divertida, "Un diamante al rojo vivo" es una de esas novelitas ideales y sin complicaciones para pasar un rato entretenido sin exigirle demasiado a las neuronas, y que hace añorar aquellos best-sellers que no renunciaban a la calidad para obtener el favor de los lectores.

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