martes, 7 de diciembre de 2010

La Guerra de la Doble Muerte

LA GUERRA DE LA DOBLE MUERTE
Alejandro Castroguer

Por más que, en efecto, insisto, la literatura zombi pueda considerarse un género específico, sometido a sus muy bien definidas reglas, en ocasiones encontramos obras que van mucho más allá, y que superan las limitaciones genéricas para hacer de la pandemia de los muertos un producto cultural absolutamente distinto. La novela que nos ocupa es uno de esos casos, en tanto que está más cerca del Pedro Páramo de Juan Rulfo o de Cien Años de Soledad que de los convencionalismos del género: tanto en su lenguaje como en su estructura apreciamos una clara distinción respecto de otras obras sobre (o de) zombis.

Asistimos a una Andalucía irreal, devastada por la guerra entre los muertos y los vivos, y nuestros acompañantes y protagonistas del relato son, precisamente, tres muertos devueltos a la vida, a una nueva no-vida, en la que las motivaciones que les movían cuando se encontraban vivos han sido olvidadas o mutadas irremediablemente por un hambre incesante. Un detective que viaja al corazón de la contienda en acto de servicios y oscuros experimentos científicos completan el cocktail letal que nos ofrece Alejandro Castroguer en sus funciones de exquisito barman.

Son muchos los escenarios andaluces en los que transcurre la Guerra de la Doble Muerte, pero nos quedamos sin duda con la trepidante acción que tiene lugar en nuestro querido edificio de La Equitativa. Y, en todo caso, más allá del detalle de las localizaciones, nos quedamos con una obra que demuestra que el género zombi está también abierto a la exquisitez.

Suomenlinna

SUOMENLINNA
de Javier Calvo

viernes, 1 de octubre de 2010

Los Caminantes: Necrópolis

LOS CAMINANTES: NECRÓPOLIS
de Carlos Sisí

Todos los hermosos caballos

TODOS LOS HERMOSOS CABALLOS
de Cormac McCarthy

Mis lecturas de las vacancions de verano de 2010 se cerraron con Todos los Hermosos Caballos de McCarthy. Buscaba una apuesta segura, y el tiro me salió por la culata, porque si bien es cierto que he disfrutado y mucho otras obras del autor, esta se me atragantó un poco.

No es que yo sea un monstruo que sólo disfruta de las novelas en tanto contengan una dosis generosa de violencia física (Todos los Hermosos Caballos tiene poca, pero bastante intensa, en el plano físico, y mucha representación de la violencia del mundo con carácter alegórico), pero la precisión con la que se describe el mundo del caballo, que me interesa bastante poco, el detalle en la mención a los distintos arreos y demás aparejos de monta, me resulta un tanto cargante. Si a ello le añadimos el tufillo a novela iniciática por que sí que destila cada una de sus páginas, llegamos a la conclusión que alcancé a finales de agosto, a la orilla del mar, en cuanto a que no era tan segura la apuesta como me imaginaba.

A pesar de su papel fundacional en la leyenda de McCarthy que ocupa la trilogía que se inicia con Todos los Hermosos Caballos, me temo que me va a costar decidirme por echarle un tiento a su segunda parte, aunque seguro que algún verano me la volveré a jugar.

El Fondo del Cielo

EL FONDO DEL CIELO
de Rodrígo Fresán

Hay veces en las que siento unas reservas inexplicables para comenzar la última obra de un autor querido y admirado. En ocasiones, vencido ya el recelo, se demuestra que era una mera tontuna temporal, pero otras -ay, otras- la lectura de la novela en cuestión confirma esas cautelas irracionales. Algo así me ha pasado con El Fondo del Cielo de Fresán, a quién tenía (ojo, y sigo teniendo) en un pedestal por Mantra, La Velocidad de las Cosas, Historia Argentina, Esperanto, Jardines de Kensington y, en fin, por casi todo lo que ha salido de su pluma (o de su computadora) incluyendo no pocos artículos en diversos medios de prensa musical o literaria o en prensa a secas.

El Fondo del Cielo, sin embargo, ha sido una decepción relativa. Y como siempre que ocurre algo así, lo primero que se preguna uno es: ¿soy yo o es él? Dado que no estoy seguro de poder afirmar de manera rotunda que mis gustos y aficiones no han experimentado cambio alguno desde mis años de afecto total al escritor de Canciones Tristes (que fueron, más o menos, los que mediaron entre la publicación de Mantra y Jardines de Kensington, los que me llevó localizar y empaparme de el resto de su obra), tendré que intentar referir mi afirmación a datos más objetivos del texto. Dicho lo cual, cabe señalar que El Fondo del Cielo es muy breve, demasiado; quizás con algo más de desarrollo (y embrollo), las cosas hubieran sido distintas. Tiene momentos brillantes, en los que luce el Fresán que me encandila, es cierto, con la marca de la casa en forma de alternancia de frases largas y espesas y frases cortas y sentenciosas, con el recurso a la intertextualidad bien entendida y mejor ejercitada; pero también hay momentos flojos, me atrevería a decir que de factura de novela comercial, que lastran el resultado final, máxime teniendo en cuenta la ya citada brevedad de la obra.

Insisto, no sé si soy yo o es el autor, pero sea quien sea, estoy seguro de que es un simple bache, y estoy esperando una nueva oportunidad de retomar el idilio.

Contraluz

CONTRALUZ
de Thomas Pynchon

La publicación de una obra de Pynchon, eterno aspirante al Nobel (el temor al más que seguro plantón a la organización del autor parece pesar más que su indiscutible calidad literaria) es siempre motivo de alegría y gozo; más si se trata de un tocho que supera las 1000 páginas, como es el caso.

Contraluz se publicó como "Against the Day" en EE.UU., y tras una mastodóntica traducción (supongo que tan complicada como siempre que se trata de Pynchon), lo editó Tusquets varios meses antes del verano de 2010. Yo lo empecé a leer en inglés, en un ejemplar que compré en Lisboa en las navidades de 2009 o así, devoré casi un cuarto de la historia y lo aparqué durante un tiempo, hasta el punto de que perdí el hilo (o los hilos, que con Pynchon ya se sabe), y decidí esperarme a la versión en castellano para comenzar de nuevo con los Chums of Chance, a lo que dediqué varias horas de mi verano, con gran sufrimiento de mis muñecas, dado el tamaño y el peso del tocho, y con el inestimable apoyo de las anotaciones de la imprescindible pynchonwiki (por mucho que algunas entradas sean rizar el rizo, hasta el punto de que da la impresión de que el propio Pynchon debe partirse de la risa ocultando pistas falsas que propicien interpretaciones creativas).

Me consta que algunas voces han criticado que, en definitiva, Contraluz es otro clásico producto pynchoniano, plagado de personajes y situaciones disparatadas en los márgenes de la historia documentada, rico en hardcore científico y metafísico, y sujeto a interpretaciones demasiado elevadas para el común de los mortales; probablemente así sea, pero en mi modesta -y no cualificada- opinión ahí radica su grandeza. Además, me permito añadir que Pynchon sigue en forma en cuanto a su capacidad de asombrar (y desconcertar) al lector, e incluso ha sublimado su arte de arrancar auténticas carcajadas a golpe de absurdo. Y otra valoración absolutamente subjetiva y -por ende- intrascendente, a mi me ha gustado más que Arcoiris de Gravedad (es más accesible) y que Mason & Dixon (es más animado), por compararlo con sus otros tocho-clásicos. En definitiva, que la lectura de Contraluz permite el acceso a ese nirvana del disfrute reservado a las obras maestras, y que su condición de "otra" obra maestra de Pynchon no resta ni un ápice de placer a la experiencia.

Afortunadamente, Inherent Vice no tardará en ser publicada en castellano, por lo que -con Nobel o sin él- tenemos Pynchon para rato.

Un diamante al rojo vivo

UN DIAMANTE AL ROJO VIVO
de Donald Westlake

Por recomendación paterna, vimos hace unos meses la película homónima, con guión del mismo autor de la novela, y Robert Redford demostrando que de joven era todo un Brat Pitt (o más bien al contrario, claro, Neus dixit, en todo caso), y como disfrutamos bastante, este verano metí en la maleta de lecturas playeras la novela en la que se basa la peli.

Como era de esperar, el hecho de tener frescos los quiebros y requiebros de la trama de la película le resta casi toda la intriga a la novela, lo que -en todo caso- se compensa con el asombro que produce la precisión con la que el film retrata a los protagonistas, apenas descritos en su versión impresa. Hay, además, algunos puntos en los que la novela se aparta de la película (un golpe extra y el resultado final, por ejemplo, y hasta aquí puedo leer para no incurrir en spoilers) en los que se disfruta de forma plena de la maestría de Donald Westlake en el difícil arte de retorcer las historias hasta casi el absurdo.

Tan precisa como divertida, "Un diamante al rojo vivo" es una de esas novelitas ideales y sin complicaciones para pasar un rato entretenido sin exigirle demasiado a las neuronas, y que hace añorar aquellos best-sellers que no renunciaban a la calidad para obtener el favor de los lectores.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Imperial Bedrooms

IMPERIAL BEDROOMS
de Bret Easton Ellis


Bret Easton Ellis no me ha defraudado nunca. Ni siquiera con Glamourama, injustamente tratada por todos aquellos que se aproximaron a su obra siguiendo el reguero de sangre de American Psycho. Y mucho menos con las dos obras que ha publicado tras sus años de relax: Lunar Park y -ahora- Imperial Bedrooms.

Una vez más, B.E.E. le pega una vuelta de tuerca a su obra, y se retroalimenta de éxitos pretéritos. En Lunar Park, Pat Bateman salía de las páginas de la ficción y permitía a su padre literario -acosos y acojonos varios mediante- construir algo bastante parecido a una trama, con planteamiento, desarrollo y una especie de desenlace (lo nunca visto en la obra de B.E.E.). En Imperial Bedrooms volvemos a Less Than Zero, cuyos sucesos y personajes se plantean como la crónica real y muy poco distorsionada de un pasado no muy lejano, hábilmente documentados por un autor que tuvo la suerte de estar en el lugar y momento adecuados; y un pasado que vuelve para atormentar a ese autor, otra vez un trasunto del propio B.E.E., metido a guionista de medio pelo, y otra vez también con cierto apoyo en una trama de misterio (y acoso).

Imperial Bedrooms supone muy poco avance -en el fondo y en la forma- respecto de Lunar Park, pero ofrece al lector una nueva perspectiva sobre la obra de Bret Easton Ellis, algo que los fans -como yo- no sólo agradecerán, sino que estarán deseando vuelva a ocurrir con Las Leyes de la Atracción.

Alba Cromm

ALBA CROMM,
de Vicente Luis Mora


Hay que decirlo: la ilustración de la portada -un pegote pseudo-manga- no hace justicia en absoluto a esta novela breve, que podría pasar por el penúltimo producto mercadotécnico para adolescentes, y que -en realidad- esconde una novela que se sirve de muy diversos trucos y meta-trucos para contar una historia muy bien trabada, destrabada y vuelta a trabar en forma de distintas publicaciones y fuentes de texto.

Consideremos que la novela epistolar está tan muertas como la misma correspondencia postal. El equivalente a esa difunta novela epistolar en nuestra actualidad fragmentada de textos breves en revistas, blogs y chats, tiene que ser algo muy parecido a los desvelos de la agente de policía Alba Cromm que nos ofrece Vicente Luis Mora. La novela es, en realidad, un número especial de la revista Upman (¿o es justo alrevés?), que compila material de diversas fuentes (el blog personal de Alba Cromm, entrevistas con partes interesadas en la trama, fragmentos de conversaciones en chats), mezclando el periodismo de sucesos con la confesión anónima, el voayeurismo on line con la publicidad tendenciosa; todo ello para presentarnos las evidencias forenses de una investigación criminal al tiempo que se realiza un borroso retrato robot de la investigadora principal.

Podrá alegarse que su trama resulta un tanto simple (que no lo es), pero lo que es innegable es que las formas de Alba Cromm actualizan la novela -y, en concreto, el tradicional género policiaco- a los usos y costumbres de nuestros días.

Maldito Karma

MALDITO KARMA,
de David Safier.


Me pasa -error de principiante, parece mentira- por fiarme de los textos con comentarios elogiosos que los editores colocan hàbilmente en las contraportadas, y por no reparar en que, al fin y al cabo, ni la identidad de quien realiza dichos comentarios ni el medio en el que los realizan, merecen mucho crédito literario (al menos, desde mis coordenadas de gustos). Y lo mismo pasa con la información relativa al descomunal nùmero de ejemplares vendidos en, es el caso, Alemania.

"Maldito Karma" se promociona desde su contraportada como un prodigio del humor inteligente, pero no hace falta leer mucho para advertir que el humor no destaca por su inteligencia, y que, dejando al margen un par de golpes (sin duda, de suerte), el resto de la obra es digno de la mediocridad propia de cualquier comedia cinematogràfica americana para todos los pùblicos.

Lo que sí tiene, y bastante, este supuesto best seller automático es una constante moralina de garrafón que, a mi personalmente, me resulta muy molesta. La mujer de éxito que vive consagrada a su trabajo acaba pagando caro el abandono en que mantiene a su marido y su hija, hasta que descubre la fuerza liberadora del cariño. Es decir, una patata cuyo pretendido cinismo es tan inofensivo que resulta tan exasperante como inexistente.

martes, 4 de mayo de 2010

Apocalipsis Z: Los Días Oscuros

APOCALIPSIS Z: LOS DÍAS OSCUROS
de Manuel Loureiro

El pionero, al menos en cuanto se refiere a edición profesional, de la literatura zombi en España nos entrega la segunda, y confiamos en que, como poco, penùltima, entrega de su Apocalipsis Z, que continùa con la historia de un pequeño grupo de supervivientes allí lo dejó la primera parte.

Asì, la huìda de los protagonistas hasta un aparente reducto de civilización en las islas Canarias sirve a Loureiro para imaginar la vida después de la infección (que claro està, no es fàcil), ademàs de para -en mi opinión, un arranque de genialidad- introducir unas ciertas dosis de distopía política en nuestro futuro próximo a cuenta de los temibles y temidos Froilos.

Por lo demàs, la trama mantiene una magnìfica tensiòn en todo momento, con la alternancia de distintos segmentos narrativos, sin duda alentada por la habilidad forense del autor, que brilla en su capacidad para resumir la primera novela en las diez pàginas iniciales de la que ahora nos ocupa, y deslumbra en la elección de las siglas del Tribunal Superior de Justicia para designar al virus que està transformando en zombis a los muertos.

Por supuesto, esperamos la tercera parte con ilusión, porque a pesar de la horda de títulos de temàtica zombie que campa por las librerìas, Loureiro y los protagonistas de sus historias ya han infectado nuestro sistema.

Las Correcciones

LAS CORRECCIONES
de Jonathan Franzen

Estos días se está hablando mucho en la prensa de Jonathan Franzen y su nueva novela, que promete ser la última encarnación de esa entidad conceptual, mutante y nunca plenamente identificada que es la Gran Novela Americana, y que algunas voces ya habían imputado a "Las Correcciones", en la que Franzen nos presenta las grandezas (pocas) y las miserias (muchas) de una típicamente disfuncional familia americana.

El padre al borde de la degeneración neuronal, la madre enganchada a los tranquilizantes para sobrellevar el puritanismo de su marido, el hermano mayor carcomido por la paranoia y la ansiedad de un matrimonio infeliz, el hermano menor expulsado de su cargo de profesor universitario a causa de un escandalo sexual, y la hermana permanentemente indecisa y confundida a pesar de sus éxitos profesionales; con esos antecedentes familiares Franzen desarrolla varias tramas tan imposibles y absurdas como la misma vida, que sirven como pretexto para dejar al descubierto las vergüenzas de la sociedad americana de los 90.
Muy pocas novelas consiguen, como "Las Correcciones", alcanzar el grado de cinismo necesario para provocar al mismo tiempo carcajadas y hondas reflexiones sobre el sentido de la vida en el lector, y sólo eso basta para que resulten memorables, sean o no la gran novela americana.

jueves, 8 de abril de 2010

La Pista de Hielo

LA PISTA DE HIELO
de Roberto Bolaño

Sigo con mi cuenta atrás -con cuentagotas- para apurar la obra de Bolaño, y una vez tachada "La Pista de Hielo" de la lista, editada de nuevo por obra y gracia de Anagrama, ya sólo me queda la póstuma "El Tercer Reich", salvo futuras sorpresas, extorsiones a Jorge Herralde mediante.

Aunque se trata de una obra temprana, en ella se puede apreciar al mejor Bolaño (más Bolaño que en "Una Novelita Lumpen"), e incluso algunos elementos biográficos concretos -el mundo paralelo del camping y la experiencia del inmigrante- o más de género -la perversiónde lo policiaco y la, hoy manida, metaliteratura- que tienen una importancia capital en su corpus fundamental. Tres voces distintas narran otras tantas historias de encuentros y desencuentros en un pueblo de la costa catalana que convergen hacia un final trágico, raro y tan absurdo como la vida, en una progresión absolutamente bolañiana (término cuya utilización debería regularizarse).

Al final me dejó un regusto amargo por el hecho de que significa que me queda una obra menos de Bolaño por leer.

Nuestro GG en La Habana

NUESTRO GG EN LA HABANA
de Pedro Juan Gutiérrez

A pesar de su escasa producción, considero a Pedro Juan Gutiérrez un valor seguro cuando estoy necesitado de material de lectura de forma inminente y, por circunstancias de la vida, lo único que tengo a mano es una librería cuya sofisticación literaria se agota en el clásico expositor con Compactos de Anagrama.

No me había decidido aún por "Nuestro GG en La Habana" porque tenía la impresión de que con esta novela intentó quitarse la etiqueta (injusta, como todas, pero bastante acertada) de simple Bukowski tropical: etiqueta que, además, no es moco de pavo, porque Bukowski, acompañado de cualquier patronímico (ej: Bukowski andaluz, Bukowski tibetano, etc.) forma un binomio que como poco promete carcajadas y profundas reflexiones sobre los efectos del sexo y el alcohol, juntos o por separado.

En esta ocasión, es cierto, el autor deja de lado -no muy lejos, eso sí- su habitual combinación de ron, puros y mulatas, ese coctel que hace imprescindible su "Trilogía Sucia de La Habana", y pone en marcha una trama de espías con Graham Greene, turista accidental y forzoso, en el corazón de las delirantes tensiones entre la CIA, la KGB y diversos elementos mafiosos al servicio del capital. Es decir, un valor seguro.

Descansa en Paz

DESCANSA EN PAZ
de John Ajvide Lindqvist

Tuve la fortuna de leer "Déjame Entrar" antes de ver la película homónima, y la novela -al contrario que su adaptación- engancha bastante, hasta el punto de que su agilidad contrasta con el lento ladrillazo del film- y no está sometida a la (auto)censura políticamente correcta que mutila la peli. Por ello, y porque -no nos engañemos- el tema zombie me atrae, decidí echarle un tiento a "Descansa en Paz", que parece ser una obra anterior de su autor (cuyo nombre me resulta impronunciable) rescatada para agotar su filón comercial.

No obstante, la trama encuentra sus momentos más brillantes en el planteamiento inicial del regreso de los muertos: las subidas de tensión eléctrica, y el hecho de que los que regresan no presenten la actitud agresiva propia del zombie clásico. Esto ofrece además la posibilidad de recrearse en los complejos dilemas a los que se enfrentan los familiares de los difuntos, según su estado de descomposición o sucesos luctuosos del pasado común. Pero, por otra parte, la historia va perdiendo pegada a medida que avanza, y el final es digno de los peores delirios de Stephen King, cuya influencia se deja sentir bastante en esta novela.

Por tanto, "Descansa en Paz" puede muy bien calificarse de literatura cómoda de leer, que entretiene sin renunciar a unas ciertas dosis de interés y calidad, como ocurría con "Déjame Entrar" aunque resulta bastante claro que la historia del vampiro es -paradojas de la no-vida- mucho más adulta que la de estos zombies.

Snuff

SNUFF
de Chuck Palahniuk

¡Chuck ha recuperado su mojo! Tras el bodrio infumable de "Fantasmas" confieso que le había perdido la pista al autor de "El Club de la Lucha", en favor de otros, que podrían considerarse sus alumnos aventajados, y que -sin embargo- le ganaban en calidad por una cabeza y medio cuerpo (George Saunder, sin ir más lejos).

Dicho lo anterior, no negaré que, a pesar de que en materia literaria soy un tanto rencoroso, y poco amigo de las segundas oportunidades, la brevedad de "Snuff" y su sugerente sinopsis me movieron a darle a Chuck una ocasión para redimirse: tarde o temprano tenía que remontar un tipo que ha sido capaz de marcarse novelas tan buenas como la citada "El Club de la Lucha", o "Superviviente" y "Asfixia" (por cierto, que la peli, con Angelica Huston en el papel de madre activista enloquecida pasó sin pena ni gloria, pero es bastante digna).

"Snuff" nos devielve a un Palahniuk que escarba en la cloaca de la sociedad para sacar lo peor de nosotros mismos. Una actriz porno en el ocaso de su carrera quiere despedirse de los platós saliendo por la puerta grande de un gang bang multitudinario, al que concurren -entre otros muchos participantes- tres desechos humanos que, junto con la coordinadora del asunto, se reparten el peso de la narración, en la que se insertan -nunca mejor dicho- algunos hechos relevantes de la historia del cine (del cine x, mayormente).

La dosis adecuada de sangre, sudor y semen para devolver a Chuck a la primera división.

Historias de Ciencia Ficción

HISTORIAS DE CIENCIA FICCIÓN
de Agustín de Foxá

Sin ánimo de entrar al trapo en la polémica de si Foxá es un escritor injustamente olvidado por motivos políticos -creo, no obstante, que "Madrid, de Corte a Checa" es una gran novela- lo cierto es que esta recopilación tiene el mérito de desempolvar algunos cuentos que, al menos, supongo que serán interesantes en la tradición de sci-fi española.

Tras un generoso estudio introductorio sobre el género en nuestro país -documentado hasta el academicismo- nos encontramos con unos pocos relatos, el texto de una obra de teatro, y varios artículos que condensan la obra de Foxa consagrada a la fantasía científica, y que en mi indocta opinión -no es que el género me apasione- resultan un tanto ingenuos en su desarrollo, aunque sus tramas presentan elementos de interés.

Entre ellos, destaca Hans y los Insectos, en el que las memorias de un extranjero afincado en la España profunda permiten descubrir su peligroso método para comunicarse con hormigas, abejas y otros insectos, así como los hitos históricos y los relatos de sus civilizaciones (y aquí es donde el cuento desbarra un poco). La obra de treatro -sobre un rudo españolito que, al más puro estilo futurama, es criogenizado y despertado en el futuro lejano- es más un juguete satírico que un producto de ciencia ficción. Y, por fin, los artículos resultan interesantes desde una perspectiva histórica, y están muy bien fundados, pero poco más.

No obstante, es muy de agradecer la recuperación -con tanto detalle y documentación- de obras de este tipo, que sin duda presentan una importancia dentro de la heterodoxa ciencia ficción patria.

Providence

PROVIDENCE,
de Juan Francisco Ferré

Una apuesta valiente: tomar a un escritor con millones de fans y convertirlo en un objeto de ficción delirante y, a ojos de sus seguidores ultras, denigrante. El escritor es H.P. Lovecraft, y la apuesta la hace Juan Francisco Ferré en "Providence", finalista del Herralde.

Ya Houellebecq le echó un par y entregó a la imprenta un ensayo en el que cargaba contra las manías y fobias existenciales del padre de Cthulhu, y que levantó ampollas entre los amigos del Necronomicón, aunque al final resultó ser otra gamberrada del ex-enfant terrible de las letras francesas, que dejaba traslucir incluso un cierto cariño por HPL. También hay un cierto cariño hacia él en las páginas de "Providence", aunque Ferré vista a Lovecraft de integrante de una misteriosa secta esotérica con tintes racistas y ramificaciones en muy diversos ámbitos de la realidad (física y virtual) de EEUU. Al mismo tiempo que se enfrenta al descubrimiento y los chanchullos de dicha secta, y de sus rivales, el protagonista, un director de cine independiente español llamado Alex Franco, que acude a Providence para dirigir una película por encargo, se folla todo lo que se le pone a tiro, se atiborra de psicotrópicos, y rinde un divertido tributo a grandes clásicos de la pantalla, siempre entre la alucinación y la conspiranoia, con un pie en la crítica de la sociedad americana y otro en el terrorismo ideológico "just for fun".

Yo, que en su momento -juventud divino tesoro- disfruté de la obra de HPL, he disfrutado también de "Providence", que encierra pasajes que harán estremercerse de gusto a cualquier ultra de HPL con la mente abierta, y, desde luego, a todos aquellos que hace tiempo que no frecuentan la linealidad del terror cósmico y se atreven a adentrarse en los distintos niveles de otro tipo de narraciones. Game Over.

jueves, 11 de marzo de 2010

El Aumento

EL AUMENTO
de Georges Perec

Bajo el título "El Aumento, seguido de El arte de abordar a su jefe para pedirle un aumento" la editorial Uña Rota nos regala con dos obras breves de Perec, prácticamente olvidadas o escondidas entre su dispersa bibliografía, que responden a distintos planteamientos elaborados sobre el mismo esquema; y nunca mejor dicho lo del esquema.

Ambas obras tienen como punto de partida un diagrama de flujos en el que se exponen las distintas alternativas que presenta a un empleado (el lector) la tarea de pedir un aumento a su jefe: ¿está o no está en su despacho?; en caso de estar ¿le atiende cuando Vd. llama o no? y así sucesivamente, y casi hasta el infinito, con variantes que dependen del menú de la cafetería, del día de la semana y de la salud de la familia del jefe, entre otros muchos extremos. La primera parte, "El Aumento", organiza las distintas premisas de la acción de forma numérica (1. El dilema; 2.- Las opciones; 3.- La alternativa positiva; 4.- La alternativa negativa...), y comienza a desarrollar el diagrama al principio por un order rigurose de premisas (1, 2, 3, 4, 5, 6) y después mezclando unas con otras (1, 2, ,3, 3, 6). La segunda parte "El Arte..." es un texto sin comas ni puntos en el que se despliegan una detrás de otra todas las alternativas que permite el diagrama, en un hilo narrativo que vuelve sobre sus propios pasos y se enreda de forma casi interminable. Una locura en el que pequeñas variaciones en la descripción de alternativas en principio idénticas pero que se van enriqueciéndose con matices y diferencias en la reiteración de las posibilidades.

Además de la genialidad formal de ambas piezas, la edición se completa con notas lo suficientemente detalladas para resultar valiosas, pero no tan extensas como para aburrir, sobre las andanzas de Perec y del Oullipo. Ojalá se publicara alguna obra oculta y desconocida de Perec como esta cada año.

viernes, 5 de marzo de 2010

El Poder del Perro

EL PODER DEL PERRO
de Don Winslow

Supongamos que abrir una novela es establecer un pacto con su autor en virtud del cual aceptamos someternos al engaño de su ficción. A partir de dicha suposición, nos podemos encontrar con mentiras elegantes, hábilmente introducidas para formar la trama de una historia, o con guarreo trapero a traición, como es el caso de "El Poder del Perro", en la que Don Winslow da rienda suelta a un arsenal de recursos para enganar al lector como a un chino: para timarle, estafarle y reirse en su cara. Y al final, claro, el lector (al menos en mi caso) encantado de tanta acción trepidante y golpe de efecto.

Los requiebros de la trama que plantea "El Poder del Perro" orbitan en torno a Art Keller, un agente de la DEA destacado en México al que -desde los 70 hasta prácticamente nuestros días- le toca lidiar con las guerras sucias y secretas que los EE.UU. promovieron en sudamérica (contras e influencias políticas mediante), las cuales descubrirá al tiempo que persigue a los patrones del tráfico de drogas a escala comercial a través de la frontera. Un chico de barrio -inmigrante irlandés- metido a matón por las circunstancias, una prostituta de lujo muy bien relacionada y enamoradiza, y un sacerdote próximo a la teología de la liberación completan el plantel de personajes principales, que se enriquece con decenas de secundarios para tejer un vertiginoso entramado de traiciones y venganzas.

Engancha como el crack, y aunque -como decía la principio- en ocasiones las tretas a las que recurre el autor para pisar el acelerador de la trama resultan algo deshonestas, todo se le perdona con tal de poder pasar la página y seguir leyendo.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Los Caminantes

LOS CAMINANTES
de Carlos Sisi

La literatura de terror es, al menos en mi opinión, una literatura de género cuyo disfrute está sometido a unas reglas distintas a las que aplicamos al resto de la literatura. Las novelas de zombies, en concreto, son un subgénero más específico si cabe, en el que esas reglas se deben aplicar con mucho más rigor. Al final estamos hablando de una persona o un grupo de personas, y un montón de muertos vivientes; la cosa admite muy pocas variaciones, pero infinidad de matices, y es ahí donde brilla la calidad.

Carlos Sisí ha escrito, partiendo de las premisas anteriores, una novela condenadamente buena. Como mañagueño de adopción que soy, me atrevo a afirmar que "Los Caminantes" es la novela que a muchos nos hubiera gustado escribir y que -desde luego- nos ha encantado leer. Una de esas pocas reglas del subgénero zombie tiene que ser forzosamente que el advenimiento de los muertos acaezca en una localización real. Y si Manuel Loureiro fue el genial pionero (al menos, en cuanto a momento de edición) de los zombies patrios, al final uno no tarda en llegar a la conclusión de que Pontevedra -a estos efectos- es lo que podría ser Washington o N.Y., un lugar ajeno. La historia es igualmente disfrutable ("Los Caminantes" está enganchando a mucha gente que no conoce Málaga), pero sin duda que no es lo mismo cuando las hordas de muertos vivientes campan por las calles en las que el lector ha vivido (y aquí me permito una pequeña disgresión/spoiler: es imperdonable, aunque subsanable en la anunciada segunda parte de la obra, que la emblemática calle Larios no tenga sus -como poco- dos párrafos de psicosis putrefacta).

Atendiendo al resto de reglas del género, en "Los Caminantes" encontramos a un montón de personas corrientes que, enfrentadas al hecho de que los muertos vuelven de sus tumbas, se plantean, por un lado, la necesidad de sobrevivir, pero, por otro lado, y al mismo tiempo, se cuestionan de alguna manera los pilares básicos de la sociedad moderna. Eso es lo que busco yo en una novela de zombies, y eso es lo que tiene "Los Caminantes", lo que determina su perfecto ajuste a sus convenciones genéricas. Pero la obra también tiene algunos hallazgos brillantes, que amplían las reiteradas reglas de las historias sobre zombies, y aquí es donde destaca el perturbador personaje del padre Isidro, tan desconcertante como inesperado en el desarrollo de la trama.

En fin, que la novela -eficaz, honesta y tan malagueña como universal- merece el éxito que está cosechando entre los fans del género.

martes, 2 de marzo de 2010

Una Novelita Lumpen

UNA NOVELITA LUMPEN
de Roberto Bolaño

Dado el carácter finito de la producción literaria de cualquier autor difunto, resulta sabio dosificar el consumo de dicha producción. Me explico: apurado el catálogo post-mortem de ediciones de material nuevo de la obra de Bolaño, de forma consciente he mantenido en la reserva las reediciones de "Una Novelita Lumpen" y "La Pista de Hielo", que durante mucho tiempo han permanecido bajo un cristal que exigía "Abrir en caso de emergencia", para prolongar el vínculo con un escritor que me ha proporcionado tantas horas de disfrute lector. Ahora que se añade "El Tercer Reich" a la ecuación, me he dado el gusto de descorchar "Una Novelita Lumpen".

Como era previsible, he disfrutado hasta la última página. No es el mejor Bolaño, es breve, engañosamente sencillo, y carece de conexiones con el universo metaliterario de Belano & Lima, pero sin duda resulta otra muestra clara de la maestría de su autor. Tiene mucho de caída, de inmersión en las tinieblas, de desesperación sedada ante lo inevitable. Y todo ello descansa sobre las espaldas de apenas cinco personajes: cada uno ciego a su manera, aunque uno de ellos podrá recuperar la visión tras vagar a tientas por la oscuridad.

No sé si habrá más inéditos ocultos que se puedan seguir añadiendo a la ecuación de los lectores de Bolaño. Entre tanto, tendré que aferrarme al placer retrospectivo de una buena melopea con un buen vino, y reservar las dos botellas que me quedan para una buena ocasión (o para una emergencia).

lunes, 1 de marzo de 2010

Una Mañana Radiante

UNA MAÑANA RADIANTE
de James Frey

Con el apadrinamiento de Irvine Welsh, "Una Mañana Radiante" se presenta como un portento de narrativa rápida y eficaz y, además, como la novela definitiva sobre las ciudad de Los Ángeles. Partiendo del hecho incontestable de que para novelas definitivas de ciudades ya está "La Ciudad de los Prodigios", la obra de Frey es ciertamente ágil y entretenida, aunque en mi opinión no llega a alcanzar a su modelo fundamental: Bret Easton Ellis.

La novela usa hechos históricos y estadísticos sobre Los Ángeles para amalgamar varias historias: una pareja joven que huye del infierno de un pueblucho de la América profunda y llega a L.A. buscando fortuna; una vagabundo borracho que intenta proteger a una muchacha perdida; una hija de inmigrantes mexicanos con problemas de sobrepeso que sirve en la casa de una arpía de clase alta; y una estrella de cine que oculta su homosexualidad tras la fachada de una familia feliz, pero que es incapaz de doblegar sus deseos (aquí es donde más se le ve el plumero a Frey como émulo de B.E.E.).

Al final creo que se queda en una novela poco exigente para el lector, que se devora en una abrir y cerrar de ojos, y que no deja mal sabor de boca. Fastfood, que -y se agradece- tampoco pretende pasar por otra cosa.

Las Benévolas

LAS BENÉVOLAS
de Jonathan Littell

Sin entrar en las polémicas políticas e ideológicas suscitadas por la obra, y dejando al margen su mayor o menor verosimilitud histórica, hay que reconocerle a "Las Benévolas" el mérito de que, a pesar de ser un tocho de cerca de mil páginas, no aburre (mucho), y tiene momentos de absoluta lucidez narrativa.

Littell da voz a Max Aue, un oficial homosexual de las SS que presenció algunos de los momentos más relevantes de la Segunda Guerra Mundial, los cuales revive en forma de memorias. Aue se inserta entre acontecimientos y personajes reales, y nos introduce en el horror total de la guerra que, en fin, es el horror de la misma condición humana: la muerte intitucionalizada; el exterminio como objeto burocrático; la búsqueda de la eficiencia en la masacre. La violencia juega un papel fundamental en la obra, que se apoya más en su descripción aséptica y alejada de cualquier emoción que en la casquería gratuita (aunque los espíritus sensibles se sentirán sin duda asqueados por la frialdad con la que el protagonista se enfrenta a las carnicerías). Además del ascenso militar de Aue en el escenario de la Europa bélica, la trama se enriquece con los malsanos secretos del pasado del protagonista, que cobran vida y le persiguen con celo creciente.

No sé si merece ser calificada -como pretenden algunos- de obra maestra, pero sin duda alguna es muy disfrutable, aunque en este caso el disfrute signifique que le restriguen a uno por la cara toda la podredumbre y la miseria de uno de los más oscuros episodios de nuestra historia reciente.

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Dada la alta volatilidad de inventos como el facebook, y el hecho de que livejournal se encuentra en franca decadencia, he decidido continuar registrando mis consumos literarios, cinematográficos y musicales, además de las paranoias varias que se crucen en mi camino, en este nuevo rincón.

No obstante, y mientras el cuerpo aguante, ahí queda: http://clorato.livejournal.com/

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